|
Sede de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Cuenca |
Llegó el momento de las conclusiones, de valorar lo que ha supuesto la experiencia de llevar al aula lo aprendido en un curso en la encantadora ciudad de Cuenca, durante el mes de julio.
He de reconocer que inicialmente pudo abrumarme un tanto la idea de desarrollar en el aula un proyecto a partir de un tema del que había adquirido unos interesantes y bien documentados conocimientos teóricos durante unas jornadas entre compañeros, docentes en su mayoría. Si bien el curso contó con algunas sesiones de carácter práctico, no podía dejar de considerar que todos los allí presentes éramos adultos, profesionales de la enseñanza y personas motivadas por el asunto que nos traíamos entre manos.
No puedo ocultar que llevar a cabo unas actividades relativas a la Inteligencia Emocional en el inicio de un nuevo curso, con nuevos alumnos a los que comienzas a conocer, me pareció un reto. Por otro lado, esta experiencia contaba con un aliciente añadido: saber que un grupo de personas, repartido por todo el territorio nacional, estaba poniendo en páctica la misma experiencia en centros diferentes, con carácterísticas diferentes, dispares incluso y en los más diversos lugares. La idea de la aldea global , aun a pequeña escala, tomaba forma en un sector de la comunidad educativa.
De todo lo anterior se desprende que la experiencia me ha resultado muy enriquecedora. En mi caso concreto, me ha servido para afrontar la hora de tutoría desde otra perspectiva, con un dominio mayor del asunto y sacándole un mayor partido al tiempo dedicado a esta labor. En este sentido, también me ha proporcionado la posibilidad de romper el hielo con mis alumnos y casi inaugurar estas sesiones con una actividad distendida, que se presta al conocimiento mútuo como es la primera propuesta: "Reconocimiento de las emociones en el aula".
En cuanto al diseño de las actividades, me han sido de gran utilidad los materiales proporcionados durante la fase presencial así como las aportaciones realizadas por mis compañeros de curso en el foro de la fase en red. He contado con estos materiales para la puesta en escena de las actividades y a ellos he añadido otros que he considerado oportunos como la guía didáctica referente a la película que visionamos.
En el capítulo de inconvenientes, podría señalar la premura con la que he tenido que trabajar en alguna ocasión debido a la fecha programada para la entrega del trabajo y la necesidad de tocar otros asuntos con mi tutoría, que no podía dejar pasar. También he de destacar que el momento en el que desarrollamos la actividad es un tanto complejo debido a que coincide con el inicio de un nuevo curso con todo lo que ello conlleva de preparación de materiales, tareas administrativas, reuniones y demás labores organizativas.
En conclusión, deseo destacar todo lo positivo que esta formación me ha traído, comenzando por la ampliación de mis conocimientos sobre el tema de la Inteligencia Emocional, la posibilidad de aplicarlo en el aula y la magnífica ocasión de contemplar el sistema educativo desde una perspectiva diferente; así como los nuevos conocimientos adquiridos por mis alumnos.
Considero, en definitiva, que ha sido una experiencia provechosa que confío sea el inicio de nuevas singladuras.
Fotografía: Marta Gil